LUNES 29/11/10
LA COHERENCIALa coherencia es el arte del equilibrio, es el sendero del medio, el de la claridad, el de la transparencia.
Siempre que partimos del centro hay coherencia. El centro es el eje, todo tiene simetría. El equilibrio necesita tener un eje, el eje es la dirección que nace del centro. En torno a la coherencia se estructura la vida, se estructura la célula y nuestro cuerpo-mente, pero también se estructuran nuestros roles, los cuales son la ramificación de un eje, de un centro...somos como un árbol y de su tronco salen ramas con hojas y flores en dirección a la luz y raíces en dirección a la tierra.
Tenemos un eje con dos polaridades, una hacia la sombra y otra hacia la luz. De la misma forma que un árbol no puede vivir sin su raíz en la sombra y sus ramas y hojas hacia la luz, nosotros no podemos tener un eje en una sola dirección, necesitamos las dos polaridades, y la coherencia es la unión de la sombra y de la luz en el centro, eso es coherencia.
La vida es color y ese colorido surge de la unión de sombra y luz. Si fuera solo luz sería invisible, si fuera solo sombra sería insoportable.
Aceptar los opuestos, el día y la noche, la sombra y la luz, el dolor y el amor, es no resistirse a la vida dejando que ésta revele su colorido, su color único, irrepetible..., desde la coherencia nosotros logramos ser únicos, nuestro color es único, nuestra nota es única, excepto que queramos ser como los otros, que pretendamos ser como no somos, es decir que pretendamos vivir en la incoherencia.
Ser coherente es ser como uno es, irrepetible, dando la nota original. Ser auténtico nos lleva a ser libres y a valorar a los demás en su unicidad, nos lleva a compartir y no a competir.
Si observamos volar a un ave veremos su espléndida simetría de vuelo, desde su eje central mueve las dos alas y eso la hace perfecta, ya que con una sola ala caería.
Yo tengo que volar también con mis dos polaridades, luz y sombra, universo animal y espiritual, con la atención en mi eje, en mi centro, entonces mi movimiento (pensamiento, emoción, acción) deviene armónico y simétrico desde el corazón, desde el centro, el cual le da simetría a la vida y es lo que llamamos coherencia.
El sincero autoconocimiento interno nos encamina a la aceptación de nosotros mismos tal como somos, con nuestras dos polaridades unidas en el corazón, conscientes de nuestras raíces en la sombra y de nuestras ramas hacia la luz.
Muchas gracias a todos.
EJERCICIO PRÁCTICO:
Toma la determinación de sentir tu coherencia.
Busca tu espacio y tu momento, sentado en una silla con respaldo recto, los pies y las manos sin cruzar y la barbilla paralela al suelo.
Observa tu postura. Observa tu respiración y relájate.
Tus pies bien asentados en la tierra te conectan con tus raíces, el chakra coronario te conecta al cosmos.
Ahora decide alinearte coherentemente: tranquilidad física, paz emocional y calma mental.
Respira unos momentos por esa línea, y, desde el centro de tu corazón, decide experimentar esa coherencia en tu vida y ser auténtico.
Silencio.
LUNES 15/11/10
OTRA VISIÓN
El mundo es tal como lo estamos mirando. El mundo es del color del cristal con el que lo miramos. Todo siempre ha estado ahí creado.
Las leyes que gobiernan el Universo, siempre han estado y, en determinado momento, “alguien” las descubre. En realidad, lo que descubrimos son diferentes formas de ver el mundo.
No existe un nuevo mundo, sino nuevas formas de ver el mundo y eso nos lleva a descubrir nuevas maneras de vernos, de percibirnos, de mirarnos a nosotros mismos, pero mirarnos con ojos benevolentes, con ojos de aceptación, con ojos de dejarnos ser tal como somos, vernos desde la luz del alma y extenderlo al mundo, ver a los demás con otros ojos.
Si mirásemos a los demás con otros ojos, descubriríamos a un ser diferente, podríamos conectar y comunicarnos desde el alma, desde lo más auténtico de nosotros mismos, sin máscaras.
Significaría esto un gran beneficio para nosotros y para los demás, sin ninguna clase de manipulación y solo desde otra óptica; les estaríamos ayudando (a la par que a nosotros mismos) a crecer, a descubrirse a ellos mismos, a aceptarse.
Si yo cambio la visión estoy ayudando a cambiar el mundo. El mundo y, con ello el ser humano, es perfecto tal como es en el punto de evolución en el que está. El mundo está vivo y podemos participar en su continuo despliegue.
Compartir ese despliegue mágico es compartir el diseño original y comprender que cuando miramos creamos el mundo.
Cuando te miro con ojos de odio, estoy creando odio; cuando te miro con miedo, estoy creando miedo en tu corazón. Cada una de nuestras acciones es un acto de creación, todos participamos del malestar o bienestar de los otros, depende de cómo los veamos.
Si sientes poca paz en tu corazón, examina en que nivel de conciencia te mueves; quizás necesitas mirar desde más arriba y más hacia adentro.
EJERCICIO PRÁCTICO:
Busca tu espacio de reflexión interna.
Respira tranquilamente, relájate, intenta no dialogar con tus pensamientos.
Establece una alineación física-emocional-mental.
Observa la respiración y silénciate.
Lleva la atención a tu corazón, ¿te sientes en paz?, o por el contrario ¿sientes que hay algo a tu alrededor que no es de tu agrado y que quisieras cambiar?
Es cierto, debes cambiar algo, pero lo que debes cambiar es tu forma de verlo.
Cambia tu enfoque, establece otra visión. Lo que ya es, no puede ser cambiado y precisamente es así para que lo mires de otro modo.
Date tiempo y practica, la Paz se instalara en tu corazón.
Quizás podamos creer que ciertas personas que nos enseñan son muy adelantadas y que han superado muchas pruebas en su vida. En algunos casos, esto es cierto, en otros, no.
El hecho de que una persona transmita una determinada información no la coloca en un grado superior. Debes recordar que cualquier forma de idealización corresponde al terreno del ego. Los verdaderos maestros espirituales son aquellos que nos ponen a prueba y vienen “disfrazados” de hijos, padres, pareja, jefes, amigos, enemigos, animales, etc.
Son aquellos que nos traen problemas. Ellos son los que realmente nos enseñan las lecciones que tenemos que aprender.
Un mensaje común a todas las religiones es que sentir el Amor de la Divinidad es expresar Amor a los demás. Sin embargo, personas creyentes que asisten a templos, iglesias, o escuelas esotéricas, donde reciben esta información, luego van a sus casas y se pelean con sus familiares, critican a sus vecinos, odian a sus jefes, a los políticos, a los animales, a individuos de otras razas o culturas...
Eso indica que todavía no se ha aprendido la lección y la vida los llevará a enfrentarnos una y otra vez con la misma situación o persona… hasta que aprendamos a mostrar amor.
Comparando esto con la enseñanza tradicional, los libros, cursos, o maestros espirituales que sigamos son los que nos dan la información (teoría), y las personas que nos traen problemas son los maestros que “nos hacen el examen” (práctica), para ver si pasamos la prueba o no.
Existe una Ley en el Universo: Todo lo que nos molesta, complica, enreda, o todo lo que odiamos, se nos “pega”.
Esto ocurre hasta que aprendemos a aceptar e integrar la situación, y ese problema o esa persona se convierten en el maestro espiritual de ese momento.
Sin embargo, no fuerces la situación, acéptate y ámate como tu eres y eso se expandirá hacia los demás.
EJERCICIO PRÁCTICO:
Busquemos nuestro momento y nuestro espacio.
Observemos tranquilos la respiración. Podemos decir mentalmente: inspiro, …, espiro …, después una cuenta descendente del 10 al 1.
Descansa en el Ser y observa los maestros que te brinda la vida, los que te toman la lección.
Observa cómo te relacionas con ellos, cómo reaccionas. Sé tolerante contigo mismo, acepta tus emociones al igual que a los que han favorecido que éstas se expresen.
Lo siento, perdona, gracias, te amo.
LUNES 18/10/10
Las leyes que gobiernan el Universo, siempre han estado y, en determinado momento, “alguien” las descubre. En realidad, lo que descubrimos son diferentes formas de ver el mundo.
No existe un nuevo mundo, sino nuevas formas de ver el mundo y eso nos lleva a descubrir nuevas maneras de vernos, de percibirnos, de mirarnos a nosotros mismos, pero mirarnos con ojos benevolentes, con ojos de aceptación, con ojos de dejarnos ser tal como somos, vernos desde la luz del alma y extenderlo al mundo, ver a los demás con otros ojos.
Si mirásemos a los demás con otros ojos, descubriríamos a un ser diferente, podríamos conectar y comunicarnos desde el alma, desde lo más auténtico de nosotros mismos, sin máscaras.
Significaría esto un gran beneficio para nosotros y para los demás, sin ninguna clase de manipulación y solo desde otra óptica; les estaríamos ayudando (a la par que a nosotros mismos) a crecer, a descubrirse a ellos mismos, a aceptarse.
Si yo cambio la visión estoy ayudando a cambiar el mundo. El mundo y, con ello el ser humano, es perfecto tal como es en el punto de evolución en el que está. El mundo está vivo y podemos participar en su continuo despliegue.
Compartir ese despliegue mágico es compartir el diseño original y comprender que cuando miramos creamos el mundo.
Cuando te miro con ojos de odio, estoy creando odio; cuando te miro con miedo, estoy creando miedo en tu corazón. Cada una de nuestras acciones es un acto de creación, todos participamos del malestar o bienestar de los otros, depende de cómo los veamos.
Si sientes poca paz en tu corazón, examina en que nivel de conciencia te mueves; quizás necesitas mirar desde más arriba y más hacia adentro.
EJERCICIO PRÁCTICO:
Busca tu espacio de reflexión interna.
Respira tranquilamente, relájate, intenta no dialogar con tus pensamientos.
Establece una alineación física-emocional-mental.
Observa la respiración y silénciate.
Lleva la atención a tu corazón, ¿te sientes en paz?, o por el contrario ¿sientes que hay algo a tu alrededor que no es de tu agrado y que quisieras cambiar?
Es cierto, debes cambiar algo, pero lo que debes cambiar es tu forma de verlo.
Cambia tu enfoque, establece otra visión. Lo que ya es, no puede ser cambiado y precisamente es así para que lo mires de otro modo.
Date tiempo y practica, la Paz se instalara en tu corazón.
LUNES 08/11/10
LOS MAESTROS ESPIRITUALES
Quizás podamos creer que ciertas personas que nos enseñan son muy adelantadas y que han superado muchas pruebas en su vida. En algunos casos, esto es cierto, en otros, no.
El hecho de que una persona transmita una determinada información no la coloca en un grado superior. Debes recordar que cualquier forma de idealización corresponde al terreno del ego. Los verdaderos maestros espirituales son aquellos que nos ponen a prueba y vienen “disfrazados” de hijos, padres, pareja, jefes, amigos, enemigos, animales, etc.
Son aquellos que nos traen problemas. Ellos son los que realmente nos enseñan las lecciones que tenemos que aprender.
Un mensaje común a todas las religiones es que sentir el Amor de la Divinidad es expresar Amor a los demás. Sin embargo, personas creyentes que asisten a templos, iglesias, o escuelas esotéricas, donde reciben esta información, luego van a sus casas y se pelean con sus familiares, critican a sus vecinos, odian a sus jefes, a los políticos, a los animales, a individuos de otras razas o culturas...
Eso indica que todavía no se ha aprendido la lección y la vida los llevará a enfrentarnos una y otra vez con la misma situación o persona… hasta que aprendamos a mostrar amor.
Comparando esto con la enseñanza tradicional, los libros, cursos, o maestros espirituales que sigamos son los que nos dan la información (teoría), y las personas que nos traen problemas son los maestros que “nos hacen el examen” (práctica), para ver si pasamos la prueba o no.
Existe una Ley en el Universo: Todo lo que nos molesta, complica, enreda, o todo lo que odiamos, se nos “pega”.
Esto ocurre hasta que aprendemos a aceptar e integrar la situación, y ese problema o esa persona se convierten en el maestro espiritual de ese momento.
Sin embargo, no fuerces la situación, acéptate y ámate como tu eres y eso se expandirá hacia los demás.
EJERCICIO PRÁCTICO:
Busquemos nuestro momento y nuestro espacio.
Observemos tranquilos la respiración. Podemos decir mentalmente: inspiro, …, espiro …, después una cuenta descendente del 10 al 1.
Descansa en el Ser y observa los maestros que te brinda la vida, los que te toman la lección.
Observa cómo te relacionas con ellos, cómo reaccionas. Sé tolerante contigo mismo, acepta tus emociones al igual que a los que han favorecido que éstas se expresen.
Lo siento, perdona, gracias, te amo.
LUNES 18/10/10
DEPENDENCIAS MÁGICAS Y FALTA DE CONFIANZA EN EL SEREs cierto que los materiales tienen su propia energía y que el contacto con ellos (en especial, con ciertos cristales y cuarzos) produce cambios en nuestra vibración personal y que pueden ayudarnos en el proceso curativo. También es cierto que algunas figuras, imágenes y colores producen reacciones psicológicas que nos estimulan, a veces para bien, otras para mal.
Las estampas religiosas y otros objetos, tales como cadenas con cruces, estrellas de David, y demás, nos recuerdan nuestras posturas espirituales. El problema es que la mayoría de estos elementos se convierten en amuletos y les damos más poder del que en realidad tienen.
Hay personas que se sienten indefensas sin su cruz, la estampita de su santo protector, su cristal preferido o cualquier otro amuleto de su preferencia. El amuleto pasa a ser Dios. Vivir pendiente de un objeto es limitar la Presencia Divina únicamente a ese objeto.
El Todo es Omnipresente, es cuántico, está aquí, allá y en todas partes.
Lo peor sucede cuando una persona extravía su amuleto o se le rompe. La mayoría de las veces esto se interpreta como un presagio de que algo malo va a suceder. Esta idea es producto de creer que la persona se encuentra sin su protección y que, en consecuencia, las energías negativas pueden afectarla.
Vivimos en un Universo Mental. Todo lo que creemos poderosamente se hace "realidad". ¿Por qué no creer entonces que el mejor amuleto con el que cuento es mi Naturaleza Divina? Nadie ni nada puede despojarnos de lo que Somos realmente.
Otra falta de Confianza en nuestro Ser Esencial y que refuerza nuestro ego y apego terrenal es creer
que gracias a uno, otras personas se iluminan o al revés, que la presencia de otros nos devuelve la Luz. Eso es pura ilusión del ego. La verdadera Guía es Interna, es tu Intuición, la Voz de tu Espíritu. Muchas veces esa voz coincidirá con lo que escuchas afuera y pensarás que alguien te está guiando. Pero, apenas aceptes a alguien como tu ídolo, comenzarás a fabricar tu propia decepción. Ocurre lo mismo si alguien te ha entronizado y te ha tomado como líder; en algún momento, los problemas de tu vida personal lo decepcionarán.
Todos aprendemos y enseñamos al mismo tiempo. Por tal motivo, es conveniente mantener una actitud receptiva hacia las señales que recibimos de nuestro entorno y ver qué resonancia producen en nuestro interior.
No eres ni el salvador ni el guía de nadie. Ninguna vida depende de tus conocimientos, ni de tus esfuerzos. Esto es cierto también al revés. Nadie te rescatará, ni te salvará, excepto tú mismo.
El mejor Guía con que contamos está dentro de nosotros. Nos habla con voz suave y paciente, sin obligarnos a nada; nos indica siempre el camino más corto y más feliz, nos da la idea más adecuada y la respuesta que racionalmente no podemos encontrar.
Por eso, es conveniente practicar meditación y ejercicios de relajación para poder escuchar esa voz. Si vives de prisa, tenso, angustiado, y con un ritmo acelerado, seguramente no oirás la voz de tu intuición y buscarás guías externos.
Hay personas que son muy positivas y estimulantes, y podrán ayudarte en un principio.
Evita idolatrarlas y evita también ser idolatrado. Recuerda siempre que la guía más válida y acertada está siempre dentro de ti.
Muchas gracias, puedes compartir tu comentario.
EJERCICIO PRÁCTICO:
Enfoca tu conciencia hacia tu Ser. Observa tu respiración y conecta con ese estado pacífico y sereno dentro de ti.
¿Crees que dependes de algún objeto que consideras “sagrado”? ¿Qué pasaría si lo perdieras? ¿Has pasado a depender de lo que eso simboliza? ¿Le has dado poder?
Observa tus sensaciones junto con las respuestas. Respira profundamente y libérate mentalmente de esos apegos. Descansa en el Ser.
Confía en tu Intuición, en tu Guía. Si tienes alguna decisión que tomar, algo que preguntar, hazlo y escucha.
Respira, date tiempo, déjate guiar y confía plenamente, con la practica aprenderás a escuchar tu Intuición y te entregaras a ella.
Silencio.
Las estampas religiosas y otros objetos, tales como cadenas con cruces, estrellas de David, y demás, nos recuerdan nuestras posturas espirituales. El problema es que la mayoría de estos elementos se convierten en amuletos y les damos más poder del que en realidad tienen.
Hay personas que se sienten indefensas sin su cruz, la estampita de su santo protector, su cristal preferido o cualquier otro amuleto de su preferencia. El amuleto pasa a ser Dios. Vivir pendiente de un objeto es limitar la Presencia Divina únicamente a ese objeto.
El Todo es Omnipresente, es cuántico, está aquí, allá y en todas partes.
Lo peor sucede cuando una persona extravía su amuleto o se le rompe. La mayoría de las veces esto se interpreta como un presagio de que algo malo va a suceder. Esta idea es producto de creer que la persona se encuentra sin su protección y que, en consecuencia, las energías negativas pueden afectarla.
Vivimos en un Universo Mental. Todo lo que creemos poderosamente se hace "realidad". ¿Por qué no creer entonces que el mejor amuleto con el que cuento es mi Naturaleza Divina? Nadie ni nada puede despojarnos de lo que Somos realmente.
Otra falta de Confianza en nuestro Ser Esencial y que refuerza nuestro ego y apego terrenal es creer
que gracias a uno, otras personas se iluminan o al revés, que la presencia de otros nos devuelve la Luz. Eso es pura ilusión del ego. La verdadera Guía es Interna, es tu Intuición, la Voz de tu Espíritu. Muchas veces esa voz coincidirá con lo que escuchas afuera y pensarás que alguien te está guiando. Pero, apenas aceptes a alguien como tu ídolo, comenzarás a fabricar tu propia decepción. Ocurre lo mismo si alguien te ha entronizado y te ha tomado como líder; en algún momento, los problemas de tu vida personal lo decepcionarán.
Todos aprendemos y enseñamos al mismo tiempo. Por tal motivo, es conveniente mantener una actitud receptiva hacia las señales que recibimos de nuestro entorno y ver qué resonancia producen en nuestro interior.
No eres ni el salvador ni el guía de nadie. Ninguna vida depende de tus conocimientos, ni de tus esfuerzos. Esto es cierto también al revés. Nadie te rescatará, ni te salvará, excepto tú mismo.
El mejor Guía con que contamos está dentro de nosotros. Nos habla con voz suave y paciente, sin obligarnos a nada; nos indica siempre el camino más corto y más feliz, nos da la idea más adecuada y la respuesta que racionalmente no podemos encontrar.
Por eso, es conveniente practicar meditación y ejercicios de relajación para poder escuchar esa voz. Si vives de prisa, tenso, angustiado, y con un ritmo acelerado, seguramente no oirás la voz de tu intuición y buscarás guías externos.
Hay personas que son muy positivas y estimulantes, y podrán ayudarte en un principio.
Evita idolatrarlas y evita también ser idolatrado. Recuerda siempre que la guía más válida y acertada está siempre dentro de ti.
Muchas gracias, puedes compartir tu comentario.
EJERCICIO PRÁCTICO:
Enfoca tu conciencia hacia tu Ser. Observa tu respiración y conecta con ese estado pacífico y sereno dentro de ti.
¿Crees que dependes de algún objeto que consideras “sagrado”? ¿Qué pasaría si lo perdieras? ¿Has pasado a depender de lo que eso simboliza? ¿Le has dado poder?
Observa tus sensaciones junto con las respuestas. Respira profundamente y libérate mentalmente de esos apegos. Descansa en el Ser.
Confía en tu Intuición, en tu Guía. Si tienes alguna decisión que tomar, algo que preguntar, hazlo y escucha.
Respira, date tiempo, déjate guiar y confía plenamente, con la practica aprenderás a escuchar tu Intuición y te entregaras a ella.
Silencio.
LUNES 04/10/10
LOS DISFRACES DEL EGO, LA ARROGANCIA ESPIRITUAL Y EL SACRIFICIO
Para comenzar este curso, he preparado algo muy sencillo y de lo que hemos hablado en la sala muchas veces, sin embargo, observemos en sincera reflexión interna si nuestro ego se ha seguido “disfrazando de esto mismo una y otra vez.
La arrogancia es algo que le gusta mucho al ego, pero la disfraza de “evolución”; es por eso que muchas personas que estudian y realizan cursos relacionados con el crecimiento espiritual, se sienten especiales y evolucionadas.
Sienten que la Divinidad los ha conducido al lugar adecuado para su crecimiento y evolución y que la información que les llega es demasiado importante para divulgarse a personas que no están tan “evolucionadas”, porque no tienen la capacidad para entenderla o para darle un buen uso.
Esta presunción se convierte en una forma de arrogancia nada espiritual, que les hace pensar que son privilegiados, especiales, elegidos, y que los demás están descarriados o perdidos en la vida.
Esta forma de arrogancia también se ve en las religiones que se sienten propietarias de Dios, y, si uno no sigue su culto, está perdido.
La Esencia Divina es Una y es la misma en y para todos. Los humanos inventan diferentes maneras de rendirle culto, crean dogmas y doctrinas para adquirir poder sobre los demás y eso les aleja del camino espiritual en el que dicen estar.
En Esencia todos somos iguales. Nadie está más adelante ni más atrás. Nadie vale más ni menos. Cualquier interpretación y clasificación como ser especial corresponde al terreno del ego humano y no al terreno de lo Divino.
La práctica de cualquiera de las diversas técnicas de crecimiento interior, te puede hacer un experto en lo que practiques y eso te puede favorecer a ti y puede ser extensivo a los demás, pero eso no te hace más elevado ni mejor que nadie.
La arrogancia es algo que le gusta mucho al ego, pero la disfraza de “evolución”; es por eso que muchas personas que estudian y realizan cursos relacionados con el crecimiento espiritual, se sienten especiales y evolucionadas.
Sienten que la Divinidad los ha conducido al lugar adecuado para su crecimiento y evolución y que la información que les llega es demasiado importante para divulgarse a personas que no están tan “evolucionadas”, porque no tienen la capacidad para entenderla o para darle un buen uso.
Esta presunción se convierte en una forma de arrogancia nada espiritual, que les hace pensar que son privilegiados, especiales, elegidos, y que los demás están descarriados o perdidos en la vida.
Esta forma de arrogancia también se ve en las religiones que se sienten propietarias de Dios, y, si uno no sigue su culto, está perdido.
La Esencia Divina es Una y es la misma en y para todos. Los humanos inventan diferentes maneras de rendirle culto, crean dogmas y doctrinas para adquirir poder sobre los demás y eso les aleja del camino espiritual en el que dicen estar.
En Esencia todos somos iguales. Nadie está más adelante ni más atrás. Nadie vale más ni menos. Cualquier interpretación y clasificación como ser especial corresponde al terreno del ego humano y no al terreno de lo Divino.
La práctica de cualquiera de las diversas técnicas de crecimiento interior, te puede hacer un experto en lo que practiques y eso te puede favorecer a ti y puede ser extensivo a los demás, pero eso no te hace más elevado ni mejor que nadie.
Observación.
Otra actitud que se puede disfrazar de generosidad, es el sacrificio por los demás.
No hay nada más inútil e insatisfactorio que sacrificarse por los demás. Las tareas que se hagan por los demás deberán hacerse con Amor o, de lo contrario, evitarse. Todo lo que se hace con Amor es placentero; por lo tanto, no pesa ni molesta. Por el contrario, todo lo que se hace con sacrificio genera presión interna, rencor, enojo, molestia y, a veces, hasta odio.
El sacrificio por los demás está aprobado socialmente y es muy bien visto. Uno puede sacrificarse, por ejemplo, por los hijos, por los padres, por la pareja, por la profesión, por los niños desamparados, por alguien enfermo, por la institución religiosa a la que pertenece, por la empresa que da trabajo... La lista podría ser interminable y no es más que un muestrario de acciones egóicas, esperamos algo a cambio, aunque sea simple reconocimiento.
El sacrificio va muy de la mano con la manipulación. Por ejemplo, una madre que ha dejado su vida de lado por los hijos, tarde o temprano, usará su postura como válida para exigir algo de ellos; la persona que por su pareja cambia su rutina y deja de hacer ciertas actividades por el otro, más tarde tratará de exigir lo mismo. La próxima vez que vayas a “sacrificarte” por alguien, pregúntate primero si ese alguien te lo pidió. La actitud de mártir no lleva hacia la Iluminación, como muchos creen; sólo lleva hacia ella el camino del Amor. Haz las cosas con y por Amor, o no las hagas. Si decides hacerlas, cambia tu actitud y hazlas con Amor Incondicional. Si no haces lo que quieres, debes querer lo que haces.
Otra actitud que se puede disfrazar de generosidad, es el sacrificio por los demás.
No hay nada más inútil e insatisfactorio que sacrificarse por los demás. Las tareas que se hagan por los demás deberán hacerse con Amor o, de lo contrario, evitarse. Todo lo que se hace con Amor es placentero; por lo tanto, no pesa ni molesta. Por el contrario, todo lo que se hace con sacrificio genera presión interna, rencor, enojo, molestia y, a veces, hasta odio.
El sacrificio por los demás está aprobado socialmente y es muy bien visto. Uno puede sacrificarse, por ejemplo, por los hijos, por los padres, por la pareja, por la profesión, por los niños desamparados, por alguien enfermo, por la institución religiosa a la que pertenece, por la empresa que da trabajo... La lista podría ser interminable y no es más que un muestrario de acciones egóicas, esperamos algo a cambio, aunque sea simple reconocimiento.
El sacrificio va muy de la mano con la manipulación. Por ejemplo, una madre que ha dejado su vida de lado por los hijos, tarde o temprano, usará su postura como válida para exigir algo de ellos; la persona que por su pareja cambia su rutina y deja de hacer ciertas actividades por el otro, más tarde tratará de exigir lo mismo. La próxima vez que vayas a “sacrificarte” por alguien, pregúntate primero si ese alguien te lo pidió. La actitud de mártir no lleva hacia la Iluminación, como muchos creen; sólo lleva hacia ella el camino del Amor. Haz las cosas con y por Amor, o no las hagas. Si decides hacerlas, cambia tu actitud y hazlas con Amor Incondicional. Si no haces lo que quieres, debes querer lo que haces.
EJERCICIO PRÁCTICO:
Busca tu espacio y céntrate en tu respiración, observa cómo aparece la tranquilidad, la serenidad, la paz, toma el papel de observador y quédate ahí, no busques nada, no esperes nada. Silencio.
Poco a poco, observa cómo esa paz se hace extensiva a los demás, a tu entorno, todo es Uno, no hay separación. Todos Somos. Silencio.
Observa por un instante si en tu día a día estás dejando algo importante por otro y eso te hace sentir que llevas un peso que no te corresponde. Sé sincero contigo mismo, ¿lo consideras un sacrificio? ¿simplemente te has acostumbrado? ¿crees que no tienes otro remedio?, o por lo contrario, has llenado esa acción de Generoso Amor y has hecho de ella un “Sacro Oficio”.
Ahora vuelve a tu respiración y silénciate…